martes, 19 de febrero de 2013

UN PERRO NUEVO EN CASA


Hoy hablaremos de qué hacer si queremos aumentar nuestra familia perruna. Antes deberemos valorar si nuestro perro se ha peleado con otros perros en el pasado, quizás no sea tan buena idea introducir un perro nuevo o si necesitaremos ayuda (un educador o un adiestrador). Tendríamos que valorarlo previamente, analizando el carácter de nuestro peludo y ver qué compaginaría mejor.

Antes
Deberíamos de habilitar una zona para el "nuevo", con su camita, sus juguetes, comedero y bebedero. Esto se hace un poco para evitar que el primero se sienta invadido, date cuenta que su camita, sus juguetes, etc son SUYAS y no le hará mucha gracia compartirlas. Si nuestro perro es un perrito muy sociable será más fácil pero, aún así, es mejor diferenciar las cosas para evitar peleas.
Incluso yo recomendaría que las cosas del nuevo estén en una zona de la casa diferentes a las del inquilino más antiguo, lo que se suele conocer como "juntos pero no revueltos".

La cita
El día de la cita deberíamos poder contar con otra persona, porque nosotros tendremos muchísimas ganas de que salga bien pero...puede que no salga tan bien como pensamos y necesitemos ayuda si ocurre algo.
Otro consejo es que cuando los dos perros lleguen a la cita lo hagan relajados, es decir, un paseo de media hora previo al encuentro hará que sus energías estén algo más bajas y ellos más receptivos.
Hay que elegir un territorio neutral: un parque, un solar o algún espacio abierto donde puedan aparcar los celos y esa territorialidad que sienten algunos perros. 
Es importante permitir que sean perros, esto es, que se huelan, se conozcan y se analicen. Nos tendremos que fijar en sus cuerpos: si hay tensión o riesgo de peleas. Si vemos que están los dos relajados los podremos soltar. Normalmente si el nuevo es un cachorrito, se someterá al mayor, pondrá su vientre hacia arriba en "son de paz", y si es adulto quizás el ritual se extienda un poco y sea más largo. Nosotros tendremos que utilizar nuestro juicio si se produce un enfrentamiento para ver si existe riesgo real o solo lo regaña para someterlo. 
Otra buena idea sería llevarlos a caminar juntos, así se forma la idea de equipo entre ellos.

Cachorro en posición sumisa.
Este primer encuentro debería ser breve y placentero, es decir, nunca castigarlos físicamente si ocurre una pelea, no todos los perros se van a llevar bien y, seguramente, nosotros tengamos cierta culpa en que nuestro perro no tolere más compañeros.

Antes de que ocurra una pelea violenta, tendremos que saber distinguir las señales corporales que nos avisarán. Podremos utilizar la técnica de distracción si los vemos tensos y "poco amigables" tirándole su juguete o llevándolo a caminar a otro sitio. No es buena idea tirarles de la correa en estos momentos porque les estamos indicando que algo no va bien y la tensión aumentará, pudiendo desencadenar en un ataque.

En casa
Deberíamos dejar que el residente habitual entre primero que el nuevo, para que intuya que nada ha cambiado. También permitir al recién llegado olisquear todo. 
Hay que ser conscientes de que las primeras semanas no podremos dejarlos solos y juntos porque puede ocurrir algún episodio violento y, sobre todo si el nuevo es cachorro, lesionarlo .

Qué no hacer
Nunca obligarlos, es decir, no coger al nuevo y restregárselo al más antiguo o viceversa. Hay que permitir que sean ellos los que den el primer paso.
No dejar que se invadan o se intimiden por comida, juguetes, camas, etc. Definir qué cosa es de cada uno y respetarlo. Muchas veces el más dominante o el más fuerte intentará comerse su comida y la del otro, un "NO" enérgico bastaría.
Siempre habrán riñas, como con nuestros hermanos; es su manera de dejar claros los límites. Utilizaremos nuestro juicio para decidir cuándo es aceptable y cuándo debemos actuar.

Cualquier duda puedes preguntarnos a través de nuestro facebook o al teléfono de la clínica, estaremos encantados de ayudarte.




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